Parada en el mirador de Sa Foradada - ¿Subes o bajas?

Con respecto a la vida en general, se suele asociar el término “subir” con el hecho de avanzar, tener éxitos y lograr metas; en cambio el término “bajar” lo asociamos con todo lo contrario.

¿Pero que pasaría si “bajar” significara avanzar?

Escaleras de piedra situadas en el mirador de Sa Foradada en Mallorca

Contemplando la escalera en esta preciosa foto, tomada un día en el mes de febrero, veo todo esto, porque bajando por ella llegas a un mirador llamado “Sa Foradada” (situado entre los pueblos de Valldemossa y Deiá) con unas vistas espléndidas, y es, como si se te presentara un mar de posibilidades y es allí donde te gustaría tener alas y poder volar. Has avanzado cuando terminas de bajar por esa escalera...

Mirador de Sa Foradada en Mallorca, Islas Baleares.

Entonces “bajar” no siempre significa retroceder o perder…más bien es necesario volver de vez en cuando, bajar y hacernos pequeños. Es más bien imprescindible para poder arrancar de nuevo y seguir, si hace falta, subiendo escaleras en la vida. No es por nada que se dice que la vida solamente puede vivirse mirando hacia adelante y solamente mirando  hacia atrás puede ser comprendida.

Viene a mi memoria esa sabia frase que nos dice que el camino es la meta y el destino. Porque mientras caminamos (subiendo o bajando), vivimos.

Sólo caminando, podremos avanzar. Sólo cuando nos movemos, vivimos de manera activa. Las escaleras en nuestra vida nos invitan a subir o a bajar  por ellas, pero no a dejar de movernos!! A lo sumo, nos permite hacer  una breve pausa en uno de sus peldaños para luego retomar la marcha con más fuerza.

El Archiduque Lluís Salvador no se quedó quieto. Vino de Austria a Mallorca en el año 1867 y se enamoró de la isla. Avanzaba comprando tierras, construyendo y restaurando casas señoriales. Caminaba subiendo y bajando y nos dejó una hermosa herencia como el palacio Casa de Son Marroig que se encuentra en la misma área del mirador y hoy se ha convertido en una casa-museo.

Palacio Casa de Son Marroig

Quedémonos a contemplar por un momento la belleza y la sencillez de la vida en este sitio, y demos gracias de que podemos ser parte de ella.

Una merienda y un brindis en el mirador de Sa Foradada


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